MARCAVI
Marcavi, Departamento de Potosí, Bolivia. Taller de Artesanos de Marcavi, es una agrupación de tejedores de la comunidad quechua que perteneció ancestralmente al ayllu Quillacas de la nación Carangas; hoy se conoce Urmiri, Municipio Belen de Urmiri, Provincia Frías, Departamento de Potosí, Bolivia. Es un pequeño poblado de difícil acceso sobre los 4.000 msnm.
Sus 14 tejedores, en su mayoría mujeres quechua parlantes, se han especializado en el tejido de telar de dos pedales extremadamente fino.
25 años de organización interna del grupo demuestra su notable funcionamiento. El grupo elige a un representante por ciertos periodos de tiempo y su misión entre otros es repartir los encargos de trabajo al grupo equitativamente. Términos de entrega como valores y tiempos de trabajo, adquisición de material, son discutidos por el grupo completo.
Taller de Artesanos Marcavi pertenece a la red de talleres artesanos de la Asociación de Artesanos Artenativo.
Sus 14 tejedores, en su mayoría mujeres quechua parlantes, se han especializado en el tejido de telar de dos pedales extremadamente fino.
25 años de organización interna del grupo demuestra su notable funcionamiento. El grupo elige a un representante por ciertos periodos de tiempo y su misión entre otros es repartir los encargos de trabajo al grupo equitativamente. Términos de entrega como valores y tiempos de trabajo, adquisición de material, son discutidos por el grupo completo.
Taller de Artesanos Marcavi pertenece a la red de talleres artesanos de la Asociación de Artesanos Artenativo.













TELAR DE
PEDALES
Todo el proceso es hecho artesanalmente prescindiendo de cualquier electricidad o combustible. El hilo es preparado con huso y gran parte de la fibra que utilizan son de sus propios llamos o de comunidades vecinas.
El proceso de esquila ocurre anualmente en primavera intercalando los grupos de camélidos, de tal manera que cada animal es esquilado cada dos años. En cada proceso de corte de fibra se obtiene aproximadamente un kilo de fibra. Es decir anualmente se obtiene medio kilo de fibra por cada animal.
Telar de Dos Pedales introducido a Sudamérica por los españoles durante la conquista tiene su origen en medio oriente. Los pedales permiten levantar los hilos de la urdimbre intercalados, par e impar para ir generando un tejido equilibrado y suelto que se conoce como tejido plano balanceado.
Es la técnica básica para estructurar un tejido a telar en base al entrelazamiento de un sistema de hilos verticales, urdimbre, y otro de hilos horizontales, trama. Se levantan alternativamente los hilos pares e impares de urdimbre pasando entre ellos la trama. La necesidad de seleccionar uno o más sistemas de hilos de urdimbre, dio origen al lizo, lo que permitió el desarrollo de tejidos más complejos (Museo Chileno de Arte Precolombino). A pesar de la mecanización de los instrumentos, los principios técnicos son los mismos en la fabricación de textiles industriales.
El proceso de esquila ocurre anualmente en primavera intercalando los grupos de camélidos, de tal manera que cada animal es esquilado cada dos años. En cada proceso de corte de fibra se obtiene aproximadamente un kilo de fibra. Es decir anualmente se obtiene medio kilo de fibra por cada animal.
Telar de Dos Pedales introducido a Sudamérica por los españoles durante la conquista tiene su origen en medio oriente. Los pedales permiten levantar los hilos de la urdimbre intercalados, par e impar para ir generando un tejido equilibrado y suelto que se conoce como tejido plano balanceado.
Es la técnica básica para estructurar un tejido a telar en base al entrelazamiento de un sistema de hilos verticales, urdimbre, y otro de hilos horizontales, trama. Se levantan alternativamente los hilos pares e impares de urdimbre pasando entre ellos la trama. La necesidad de seleccionar uno o más sistemas de hilos de urdimbre, dio origen al lizo, lo que permitió el desarrollo de tejidos más complejos (Museo Chileno de Arte Precolombino). A pesar de la mecanización de los instrumentos, los principios técnicos son los mismos en la fabricación de textiles industriales.


CHAL CALADO
60 cm x 200 cm
50 gr
Fibra de Llama, Potosí, Bolivia
Hilada en huso
Telar de Dos Pedales
Colores virgenes naturales
Tejido por Agrupación Marcavi
50 gr
Fibra de Llama, Potosí, Bolivia
Hilada en huso
Telar de Dos Pedales
Colores virgenes naturales
Tejido por Agrupación Marcavi



CHALES MARC
60 cm x 200 cm
50 gr
Fibra de Llama, Potosí, Bolivia
Hilada en huso
Telar de Dos Pedales
Colores virgenes naturales y teñidos con anilina
Tejido por Agrupación Marcavi
50 gr
Fibra de Llama, Potosí, Bolivia
Hilada en huso
Telar de Dos Pedales
Colores virgenes naturales y teñidos con anilina
Tejido por Agrupación Marcavi



CAMÉLIDOS
Nos referimos a los Camélidos presentes en Sudamérica como
Camélidos Sudamericanos; pertenecen a la familia Camelidae y está conformada
por dos tribus: los Camelini y los Lamini. Mientras que la tribu Camelini
habita en zonas desérticas de Asia y África, la tribu de los Lamini habita en
América del Sur a lo largo de la cordillera de los Andes. Los Camélidos Sudamericanos,
a diferencia de los camélidos del Viejo Mundo, carecen de joroba y son de menor
tamaño. Presentan particularidades anatómicas y fisiológicas relacionadas con
su adaptación a las condiciones de escasez de oxígeno y de forrajes de las
grandes alturas en las que habitan.
Los camélidos sudamericanos comprenden cuatro especies, dos domésticas: Alpaca (lama pacos) y llama (lama glama), y dos silvestres: Guanaco (lama guanicoe) y vicuña (vicugna vicugna).
Se distribuyen a lo largo de la Cordillera de Los Andes en América del Sur, desde Ecuador hasta Tierra del Fuego, y su mayor concentración se presenta en el altiplano peruano-boliviano, norte de Chile y Argentina, en alturas entre 3.800 y 5.000 metros.
Se estima que en Latinoamérica la población de camélidos sudamericanos es de 7,5 a 8 millones, de los cuales, un 7% correspondería a guanacos, un 2% a vicuñas, un 45% a llamas y un 46% a alpacas (CID-AQP, 2005). Las fibras provenientes de los camélidos sudamericanos se agrupan comercialmente bajo la denominación de fibras laneras ‘finas, apreciadas o preciosas’, las que representan sólo el 2,6% del total de las fibras laneras que se comercializan en el mundo; particularmente las fibras textiles provenientes de estos camélidos domésticos y silvestres constituyen el 0,1% de la oferta mundial (FIA, 2008).
La mayoría de la información arqueológica sobre la domesticación proviene de la región central de los Andes (Perú), de varios sitios de la Puna de Junín. Estas investigaciones sitúan la domesticación entre los 9.000 y los 2.500 años a.C. y a una altura de 4000 metros sobre el nivel del mar. Del proceso de caza de animales silvestres se derivó a un proceso de explotación de los animales domésticos que permitió al hombre andino proveerse de lana, carne, cuero, combustible (Revista Complutense de Ciencias Veterinarias 2010).
Desde entonces forman parte fundamental en la cultura andina, lo que se traduce en una serie de actividades y ceremonias, canciones y permanente cuidado cariñoso del rebaño que demuestra que la vida de los ser humano andino gira entorno a ellos. “El proceso productivo es cultivación de la naturaleza; es celebración ritualizada de sus procesos en que el hombre participa realizando su propia existencia” (Kessel 2004).
+ sobre camelidos y su relación con la cultura andina aquí
Los camélidos sudamericanos comprenden cuatro especies, dos domésticas: Alpaca (lama pacos) y llama (lama glama), y dos silvestres: Guanaco (lama guanicoe) y vicuña (vicugna vicugna).
Se distribuyen a lo largo de la Cordillera de Los Andes en América del Sur, desde Ecuador hasta Tierra del Fuego, y su mayor concentración se presenta en el altiplano peruano-boliviano, norte de Chile y Argentina, en alturas entre 3.800 y 5.000 metros.
Se estima que en Latinoamérica la población de camélidos sudamericanos es de 7,5 a 8 millones, de los cuales, un 7% correspondería a guanacos, un 2% a vicuñas, un 45% a llamas y un 46% a alpacas (CID-AQP, 2005). Las fibras provenientes de los camélidos sudamericanos se agrupan comercialmente bajo la denominación de fibras laneras ‘finas, apreciadas o preciosas’, las que representan sólo el 2,6% del total de las fibras laneras que se comercializan en el mundo; particularmente las fibras textiles provenientes de estos camélidos domésticos y silvestres constituyen el 0,1% de la oferta mundial (FIA, 2008).
La mayoría de la información arqueológica sobre la domesticación proviene de la región central de los Andes (Perú), de varios sitios de la Puna de Junín. Estas investigaciones sitúan la domesticación entre los 9.000 y los 2.500 años a.C. y a una altura de 4000 metros sobre el nivel del mar. Del proceso de caza de animales silvestres se derivó a un proceso de explotación de los animales domésticos que permitió al hombre andino proveerse de lana, carne, cuero, combustible (Revista Complutense de Ciencias Veterinarias 2010).
Desde entonces forman parte fundamental en la cultura andina, lo que se traduce en una serie de actividades y ceremonias, canciones y permanente cuidado cariñoso del rebaño que demuestra que la vida de los ser humano andino gira entorno a ellos. “El proceso productivo es cultivación de la naturaleza; es celebración ritualizada de sus procesos en que el hombre participa realizando su propia existencia” (Kessel 2004).
+ sobre camelidos y su relación con la cultura andina aquí



Fotos estudio por Nicolas Aguayo, Estudio Aguayo, Santiago de Chile
Fotos Moda: Esteban Vargas, Modelo Emma, The Syndical, Santiago de Chile y Jonathan Zamora, Modelo Mel, WLM Chile
Fotos terreno Gabriela Farias (foto grupal retrata los tejedores de Marcavi junto al gestor de Artenativo, Hernán Susaño. Potosí, Bolivia, 2017)